El infarto cerebral es conocido en el medio médico como enfermedad cerebrovascular (ECV) es considerada a nivel mundial como una de las principales causas de incapacidad y la segunda causa de mortalidad. En Estados Unidos se calcula que ocurre un infarto cerebral cada minuto y cada tres y medio minutos muere alguien a consecuencia del mismo.
Actualmente se considera como una urgencia neurológica, potencialmente prevenible y tratable.
El infarto cerebral es consecuencia de la reducción o pérdida del flujo sanguíneo en alguna región del cerebro, después de la oclusión de una arteria cerebral se forma un área donde las células están irreversiblemente afectadas, conocido como "núcleo necrótico", rodeada por una segunda zona donde a pesar de existir una disminución severa del flujo sanguíneo cerebral es todavía potencialmente recuperable, denominada "penumbra isquémica".
Lamentablemente si el flujo sanguíneo cerebral no se restaura con rapidez, el núcleo necrótico crece comprometiendo de manera irreversible al área de penumbra isquémica. La protección del área de penumbra isquémica es uno de los principales objetivos durante el tratamiento del paciente con un evento cerebrovascular isquémico agudo (infarto cerebral isquémico).
Link de: Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral
Link de: American Stroke Association
http://www.strokeassociation.org/STROKEORG/
Link de: American Academy of Neurology