Atención médica del paciente con padecimientos neurológicos en el presente siglo.

Durante mi crecimiento como Neurólogo clínico me he llenado de satisfacciones al ejercer la especialidad de neurología, esta involucra, en diferentes niveles, a cada una de las especialidades médicas.

Uno de los aspectos más importantes es considerar que los Neurólogos Clínicos no operamos ó mejor dicho no realizamos cirugías al cerebro o médula espinal.

Nos especializamos en entender los porqués de las enfermedades del Sistema Nervioso, con el fin de lograr un diagnóstico cercano en el primer abordaje del paciente, e iniciar lo más pronto posible una terapia o tratamiento médico que procure el cuidado del cerebro.

Es importante hacer notar que las enfermedades del sistema nervios abarcan trastornos que involucran a múltiples órganos, por ello, el Neurólogo requiere tener de forma necesaria conocimientos amplios de Medicina Interna.

El Neurólogo ejerce su profesión de forma “netamente clínica”, por lo que en la primera cita, es necesario realizar un interrogatorio exhaustivo así como una exploración clínica general y posteriormente neurológica exhaustiva, con el fin de determinar en esa misma cita los diagnósticos presuntivos, aún sin estudios de imagen o de laboratorio, con un adecuado interrogatorio y una excelente exploración neurológica:

 

1. Obtención de un Diagnóstico anátomo-topográfico (Ubicación clínica de la región afectada en el sistema nervioso u otros órganos)

2. Obtención de un Diagnóstico Sindromático (Del que se derivarán todos los diagnósticos diferenciales a considerar sobre los hallazgos encontrados)

 

De esta forma los estudios de laboratorio, gabinete y de imagen sirve de apoyo, requiriendo solo los indispensablemente necesarios, con el fin de confirmar el diagnóstico o descartar los diagnósticos diferenciales; Y nunca se utilizan con el fin de hacer el diagnóstico por sí solos.

 

Por tal circunstancia es necesario que los sistemas de atención médica neurológica implementen las siguientes medidas:

 

1. Prolongación del tiempo de por lo menos 45 minutos para la historia clínica y una exploración física general y neurológica detallada.

2. Revaloraciones subsecuentes con los estudios de imagen, gabinete o de laboratorio específico hacia los hallazgos clínicos relevantes para lograr la cofirmacion de un diagnóstico certero.

 

La buena respuesta al tratamiento, depende de un adecuado y certero diagnóstico.